Capítulo 1

 

Estaba con mi hija en brazos, dándole de comer en el living de mi casa. Su mirada es tan dulce, su sonrisa tan pura. Me hace inmensamente feliz tenerla conmigo. Su nombre es Julieta.

Mientras le daba el puré alguien abrió la puerta de casa y cuando me volteé a ver quien era, vi a Nicolás, mi marido, o ex marido, no se bien que somos en realidad. Lo peor es que no venía solo, sino con Gimena, mi ex mejor amiga.

Me duele tanto tener que decirles ex cuando son las personas que más feliz me hicieron en la vida, pero también las que más me hicieron sufrir.

Nico: Hola

Emi: (Hablándole cortante) Hola

Nico: Venimos a buscar unas cosas. Ya nos vamos

Se fueron juntos a la cocina y me quedé nuevamente sola con mi hija. Ella tenía tan solo 2 años y medio pero era muy inteligente.

Juli: Mami…¿papi y Gime son novios?

Emi: ¿Quién te dijo eso?

Juli: En la tele los novios de dan besos y ellos también

Emi: ¿Vos los viste?

Julieta me asintió. Yo podía permitir que estén juntos y que hagan su vida, no podía hacer nada para evitarlo. Pero que confundan a mi hija de esa manera, eso no lo iba a permitir.

Juli: ¿Vos no tenés que ser la novia de papá? En la tele los papás de los nenes son novios

Emi: A mi me parece que vos ves mucha televisión, ¿eh?

En ese momento salieron Nicolás y Gimena de la cocina. Él se acercó a alzó a Julieta

Nico: (Dándole besos en la mejilla) Te amo hermosa, enseguida vuelvo y jugamos, ¿querés?

Juli: ¿A donde vas pa?

Nico: Vamos a pasear con Gime, ¿querés venir?

Me levanté del sillón donde estaba sentada y me acerqué a ellos.

Emi: De ninguna manera. Ella no va a ir a ningún lado con ustedes

Nico: Emilia no te metas, estoy hablando con mi hija

Emi: Te informo que haces muy mal el papel de padre

Agarré a la nena y me fui al cuarto. No podía creer lo cara dura que era a veces Nicolás.

Juli: ¡Yo quería ir a pasear! Que mala que sos…

Emi: No soy mala hija, cuando seas más grande vas a entender. Quedate viendo dibujitos que voy a ver a tu hermano

Le prendí el televisor, la acosté en la cama y me fui al cuarto donde dormía mi hijo mayor, de 6 años, Mateo.

Él era tan parecido a su papá, con los mismos ojos, los mismos gestos. Era tan lindo. No puedo entender como un hombre puede abandonar a una familia tan hermosa por una mujer, que encima era mi mejor amiga. Pero mis hijos me dan fuerzas para seguir. Vivo solo para ellos.

Más tarde Julieta y Mateo se habían dormido y yo estaba en el living nuevamente leyendo un libro. Entra Nicolás y levanto la mirada. Esta vez estaba solo, por suerte. Aclaro que aunque él me haya dejado por la traidora de mi amiga seguíamos viviendo juntos por dos razones: una porque la casa era de los dos, y otra por nuestros hijos.

Nico: ¿Los nenes?

Emi: Duermen. ¿Podemos hablar?

Se sentó en el sillón conmigo.

Nico: ¿De qué?

Emi: Mirá Nicolás, nosotros dijimos que no íbamos a meter a nuestros hijos en nuestros problemas y sabes perfectamente que no me gusta que traigas a Gimena a mi casa

Nico: Es mi casa también

Emi: Y encima invitar a la nena a pasear con ustedes… ¿Querés jugar a la familia feliz también? Hoy Julieta me preguntó si ustedes eran novios porque los vio besándose. Que sea la última vez que haces algo así delante de ellos

Nico: Me parece que sos vos la que les llenas la cabeza en mi contra

Emi: Sos de cuarta. La verdad que no se que te hizo cambiar tanto

Nico: Si lo que querés es pelear la verdad es que no tengo ganas

Emi: No, no quiero pelear

Nico: Entonces no me jodas

Subió a nuestro cuarto. A veces se me hacía imposible hablar con él. La verdad es que no sabía hasta cuando iba a aguantar esa situación.

 

Capítulo 2

 

Más tarde subí yo al cuarto ya que tenía un poco de sueño. Me puse mi pijama y me acosté. Nicolás dormía conmigo por el simple echo de que no había otra cama, y por supuesto que porque yo, inconcientemente, no quería dejarlo ir.

Todas las noches, si él se dormía antes, lo contemplaba por largas horas. A pesar de todo el mal que me había hecho lo seguía amando y era muy probable que eso no cambie nunca.

Al otro día cuando me desperté estaba sola en la cama, así que bajé a desayunar y ahí estaba Nicolás tomando un café.

Me senté al lado y agarré una galleta que había en el centro de la mesa.

Nico: Le prometí a Mateo que lo iba a llevar a él y a Julieta al country de mis viejos hoy. ¿Querés venir?

Emi: No, gracias

Nico: Pero a ellos les va a hacer bien que estemos los cuatro juntos

Emi: ¿Y para qué les vamos a seguir mintiendo si nunca más vamos a ser una familia los cuatro?

Nico: -Agachó la cabeza- Hacelo por ellos

Emi: Sabés que me hace mal Nicolás

Nico: Bueno pero no pienses en vos nada más

Emi: ¿Yo pienso mí nada más? ¿Y vos qué?

Me levanté de la mesa y subí otra vez. Fui al cuarto de los chicos y los desperté. Luego los bañé y los cambié para que vayan con su papá.

Más tarde estábamos los cuatro en el living…

Mateo: Dale mami, ¡vamos todo juntos!

Emi: No mi amor, tengo cosas que hacer

Mateo: ¡Mentira! No vas porque estás enojada con papá

Emi: -Miré a Nicolás- No Matu, en serio que no puedo ir

Julieta: -En brazos de Nico- Pero yo quiero que vayas mami. Y andamos en caballo, ¿querés?

Nico: Dale Emi, cambiate y vamos

Emi: -Pensé por un rato- Está bien. Pero volvemos temprano

Mateo y Julieta festejaron y yo me fui a cambiar.

Al rato bajé lista y con mi cartera. Salimos y subimos al auto para ir al country de los papás de Nico, Berta y José.

Ellos siempre me trataron muy bien, desde que estaba de novia con Nicolás. Y cuando se enteraron de lo que pasó entre nosotros se pusieron muy tristes. Desde entonces intentan acercarnos y no asumen que estemos separados. Nos tratan como si todo estuviera bien entre nosotros.

Cuando llegamos, nos bajamos del auto y los chicos fueron corriendo a abrazar a sus abuelos. Atrás llegamos yo y Nico y los saludamos.

Más tarde, estábamos sentados en una mesa en el gran patio.

Berta: Ya quiero otro nieto eh…

Nico: ¡Mamá!

José: Tiene razón. Miren a esas dos preciosuras lo que son. Sería hermoso que traigan otra más al mundo

Emi: (Suspira y mira para abajo)

 

Capítulo 3

 

Más tarde, llegaron Rocío y Gastón. Gas es el hermano de Nicolás y Rochi su novia. Hace bastante que están juntos y yo me llevo súper bien con Ro, somos muy amigas.

Estábamos sentadas solas en el living…

Rochi: ¿Y como estás vos con Nico?

Emi: (La mira) Como siempre, que se yo

Rochi: Pero, ¿estás bien?

Emi: Sí Ro, ya te dije que no iba a sufrir más por él, ya está. Me cuesta demasiado pero lo tengo que superar

Rochi: La verdad es que sos muy fuerte. Yo no se como haces

Emi: Lo hago por mis hijos, nada más

Entra Nicolás hablando por cecular…

Nico: Sí amor ya sé. Bueno a la noche voy (Entra a la cocina)

Rochi: Ah, es un tarado. En frente tuyo!

Emi: Ay Rochi, es común esto para mí

Rochi: Sabes que pienso yo?

Emi: Qué?

Rochi: Que tendrías que conocer a otro hombre y ser feliz vos también

Emi: No, ni loca. Yo no voy a seguir perturbando a mis hijos

Rochi: Pero pensá un poco en vos amiga!

Emi: Primero están ellos. Cuando tengas hijos lo vas a entender

Rochi: Y los chicos como se llevan con Gimena?

Emi: Juli no entiende mucho, le da igual, pero Mateo no la banca mucho

Rochi: Bueno, tenés uno a favor tuyo

Nos reímos.

A las dos horas, los chicos estaban jugando con Gas, Nicolás se había ido a caminar y yo estaba con Rochi, Berta y José.

Emi: Voy a dar una vuelta

Me levanté y empecé a caminar. La quinta tenía un paisaje hermoso, y daba con un lago enorme. Caminé bastante y me senté en frente del lago mirando el cielo. Estaba atardeciendo. De pronto sentí que alguien puso su mano en mi hombro y me volteé a ver de quien se trataba. Era Nico.

Nico: ¿Qué haces acá?

Emi: Nada, salí a caminar

Nico: ¿Me puedo sentar?

Emi: Sí, claro

Se sentó y también observó el cielo.

Nico: ¿Juli y Matu?

Emi: Juegan con tu hermano

Nico: (Se ríen) ¡Como lo quieren! Es impresionante

Emi: Sí, la verdad que sí

Nos quedamos unos segundos en silencio… podíamos escuchar la respiración de otro. En ese momento se me vinieron muchísimas cosas del pasado a mi cabeza, que justamente Nicolás mencionó después.

Nico: Me trae recuerdos esto

Emi: (Lo miré)

Nico: De cuando éramos más chicos y veníamos acá

Se me llenaron los ojos de lágrimas pero traté de que Nico no lo note.

Emi: Si habremos soñado cosas en estos lugares

Nico: Pf, todo una vida

Emi: Nunca pensé que esto iba a terminar así. Nunca. ¿Dónde quedaron esos sueños?

Nico: Bueno, algunos los cumplimos. Nos casamos, tuvimos dos hijos hermosos.

Permanecí un rato callada. Sabía perfectamente lo que quería decir, pero tenía un nudo en la garganta que no me dejaba hablar.

Emi: Pero el amor se acabó, por lo menos de tu parte (Me paré y él también lo hizo)

Nico: Yo…

Emi: Nada, está todo bien

Me di vuelta y me fui donde estaban los demás.

Capítulo 4

 

Ese mismo día por la noche, estábamos los cuatro viendo una película sentados en el sillón de living. En un momento sentí que volvíamos a ser esa familia que alguna vez fuimos, hasta que alguien toco timbre y cuando Nicolás atendió vi a Gimena. La hizo pasar y se sentó con nosotros como si fuera una más.

Gimena: Hola

Nadie le contestó, excepto Mateo que no la bancaba para nada…

Mateo: Mi papá está con nosotros así que ándate

Nico: ¡Mateo!

Gimena: Dejalo amor, es chiquito

Yo seguía mirando la película como si nada, pero en realidad estaba atenta a todo lo que hacían. Él se sentó al lado de ella y a cada rato se daban besos o se hacían mimos. No lo voy a negar, la envidia me carcomía por dentro, pero lo que más me dolía era que lo hagan enfrente de mis hijos y mío, sabiendo lo mal que nos hacía ver eso.

Antes de que termine la película, mis hijos se durmieron y los llevé a sus respectivos cuartos. Luego me acosté en mi cama aunque se me hizo imposible dormirme, pensando en que estaban haciendo mi marido y esa mujer ahí abajo, en mi propia casa y sin importarles que sintiera yo ni nadie.

Pasó una hora y no lograba dormir. Hasta que escuché que Nico entró al cuarto, se cambió y se acostó a mi lado. Yo estaba acostado mirando hacia donde él estaba. Él, miraba el techo pensativo y cuando volteó a mirarme cerré los ojos rápidos, simulando dormir. Sé que se quedó mirándome un largo rato, aunque no lo veía lo sentía. Cuando noté que se movió, lo volví a mirar y ya estaba de espaldas a mí. Fueron tantas las ganas de abrazarlo que tuve en ese momento que estuve a punto de hacerlo, pero me contuve. Cerré los ojos y me dormí.

Al otro día, me levanté y Nicolás ya se había ido a trabajar. Pasé todo el día con mis hijos, hasta que los llevé a la casa de unos amiguitos. Luego de dejarlos sentí una necesidad de ir a un lugar, un lugar que era realmente importante para mí.

Caminé algunas cuadras y llegué a una plaza. La verdad es que no estaba como antes, con ese color, con esa magia de siempre, o tal vez yo no veía esa magia porque en realidad mi vida había perdido ese sentido que le daba cada momento vivido ahí, o donde sea, con el amor de mi vida.

Me acerqué a un banco, me senté y miré a mi lado. Estaba vació, claro. Y entendí que esa imagen era la de mi vida. Mi vida era la que ya no tenía la misma magia de antes, era a mi propia vida a la que le faltaba alguien al lado. Fue difícil, pero por fin me daba cuenta de que estaba perdida, de que ya me costaba demasiado sonreír, y por sobre todas las cosas… no era más feliz.

Capítulo 5

 

Unos minutos después de estar sentada pensando, mirando un punto fijo sin saber que pasaba a mí alrededor, alguien se sentó a mi lado. Cuando miré a esa persona, era Nicolás.

Nico: ¿Qué haces acá?

Emi: Nada

Nico: No, ¿cómo nada? Estabas re colgada Emi. ¿Qué haces sola, y en esta plaza?

Emi: Pienso… recuerdo

Nico: Te hace mal eso

Emi: No, no me hace mal

Nico: Te estás haciendo daño a vos misma

Emi: (Lo mira) Acá nos dimos nuestro primer beso, ¿te acordás?

Nico: (Asiente mirándola triste) Claro que me acuerdo

Emi: Y acá me pediste que seamos novios

Nico: (Sonríe) También. Y acá me diste la mejor noticia del mundo

Emi: (Sonríe emocionada) ¡Sí! Que estaba embarazada

Nico: Ajá

Emi: (Lo mira) ¿Por qué me dejaste?

Nico: Emi… ya lo hablamos a eso

Emi: Pero… mi amor nosotros nos amábamos

Nico: Las cosas cambiaron

Emi: Vos me juraste amor eterno, y me fallaste. Yo aprendí a confiar en vos y te fuiste, me dejaste sola, como todos lo hacen

Nico: Yo no te dejé sola

Emi: Sí. Solamente vivís conmigo por nuestros hijos, pero ni sabes cómo estoy, que siento, y tampoco te importa

Nico: No digas eso, no es así

Lo miré por unos segundos mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas, me levanté y me dirigí a un árbol que estaba atrás nuestro, me agaché y acaricié una parte de él, donde estaban escritas nuestras iniciales: EyN. Recuerdo perfectamente ese momento. Cumplíamos un año de novios. Él escribió la ‘E’ y yo la ‘N’.

Nicolás se acercó a mí, se sentó a mi lado y miró el árbol

Emi: Éramos tan felices

Nico: Sí, muy felices. Y eso es lo que tenés que recordar, pero bien, no poniéndote así

Emi: Vos decís eso porque no sentís lo que siento yo. Yo tenés adentro un dolor inmenso, no te sentís traicionado por las dos personas en las que más confiabas en tu vida

Nico: Emilia nosotros no te traicionamos, las cosas se dieron así

Emi: Ay por favor Nicolás, ¿que mi mejor amiga se vaya con el amor de mi vida no es una traición ahora? Y encima ni siquiera tuvieron la delicadeza de venir y hablarlo conmigo. ¡NO! Esperaron a que los encuentre juntos en MÍ cama Nicolás. Pero ya está, por lo menos me di cuenta de la clase de personas que tenía al lado.

Me levanté y me fui caminando rápido con los ojos llenos de lágrimas. Hacía mucho no tenía una charla tan profunda sobre este tema con él, y la verdad es que ni charlando toda la vida con él iba a lograr entender porque me hizo lo que me hizo.

Capítulo 6

 

Horas más tarde, estaba en casa. Mateo y Julieta ya estaban ahí y yo estaba en mi cuarto acostada, me sentía realmente mal.

En un momento sentí que abrían la puerta, supuse que era Nicolás y lo confirmé cuando se me acercó y se sentó a mi lado, yo le daba la espalda.

Nico: Me dijeron los chicos que hacía rato estabas acá, están esperando que les hagas la cena

Emi: ¿Se la podés hacer vos?

Nico: Sí, pero ¿qué te pasa?

Emi: Nada, no me siento bien

Nico: ¿Querés tomar algo?

Emi: No

Nico: Bueno. ¿Vos vas a cenar?

Emi: No tengo hambre

Se quedó un rato en silencio, después se levantó y salió de la habitación.

Después de una hora aproximadamente, me levanté y salí del cuarto a buscar mi pijama que lo había dejado en el cuarto donde planchaba. Cuando pasaba por el cuarto de Mateo, escuché que estaban hablando con Nico y me acerqué a la puerta.

Mateo: ¿Por qué mami no bajó a comer?

Nico: No tenía ganas

Mateo: Estaba triste

Nico: No campeón, te habrá parecido

Mateo: No papi, mamá tenía los ojos con lágrimas y no hablaba

Nico: Mami no se sentía bien hijo, pero ya va estar mejor

Mateo: ¡No! Seguro que estaba mal por culpa de Gimena. A ella no le gusta que sea tu novia

Nico: Esas son cosas de grandes

Mateo: ¿No la querés más a mamá?

Nico: Sí Matu, ¿cómo no la voy a querer?

Mateo: Entonces, ¿por qué no estás con ella?

Nico: Porque papi ya no la ama como antes. Mamá y papá se amaron mucho, ¿sabés? Y los tuvimos a ustedes que son lo más lindo que tenemos en la vida, pero después, con el tiempo nos dejamos de amar. Pero claro que nos queremos.

Mateo: ¿Y mamá, no te ama más?

Nico: …eh, hijo me parece que es tarde y ya hay que dormir, ¿sí?

Mateo: ¡Pará! Otra cosa…

Nico: ¿Qué?

Mateo: Porque cuando empezaste a ser el novio de Gimena, mamá dejó de ser su amiga?

Nico: (Le acaricia el pelo suspirando) Esas cosas las vas a entender cuando seas grande (Le da un beso en la cabeza) Buenas noches

Lo tapó bien y salió del cuarto. Yo no me di cuenta que estaba saliendo y me vió apoyada en la puerta.

 

Capítulo 7

 

Nico: ¿Qué hacías acá?

Emi: Eh… nada, pasaba a buscar algo al otro cuarto

Nico: Y te quedaste escuchando conversaciones ajenas

Me encogí de hombros

Nico: Si queres cenar, dejé un poco de comida en la heladera

Emi: No, gracias

Nico: Bueno. Me voy a acostar

Se fue al cuarto y yo fui a buscar mi pijama, después volví y él estaba hablando por teléfono. Nuevamente me quedé atrás de la puerta a escuchar

Nico: No gorda es muy tarde para ir. Bueno ya vamos a ver, no es fácil. Es que están los chicos acá, no los puedo dejar. Sí, ya sé, pero no es así no nomás irme a vivir a tu casa, ¿entendés?

Cuando dijo eso se me paró el corazón. ¿Irse a vivir con ella? Eso sí que no lo iba a soportar, era demasiado.

Nico: Bueno dale, un besito. Yo también. Chau amor.

De tan torpe que soy hice ruido con la puerta y por segunda vez Nicolás me descubrió escuchando por detrás. Entré rápido y me hice la que recién llegaba.

Nico: Ya sé que escuchaste todo, ¿eh?

Emi: No sé de qué hablas

Nico: Te esuché Emi, parece que hoy andas con ganas de chusmear

Emi: Fue casualidad, escuché sin querer

Nico: Se

Emi: ¿Así que te vas?

Nico: La que no había escuchado. No, no me voy a ningún lado todavía

Emi: Ah, ¿y qué esperas?, ¿qué yo me muera para traerla a esa acá?

Nico: ¿Qué decís?

Emi: Te encantaría que me muera, ¿no?

Nico: Estás hablando pavadas

Emi: No, pensá, si yo me muero vos haces tu vida sin nadie que sufra, traés a tu amor a vivir acá, con tu hijos. Les vas a dar la familia que se merecen, la familia que yo no les pude dar porque no fui suficiente para vos. Sería perfecto.

Nico: ¿Y vos pensás que tus hijos no van a sufrir si te morís?

Emi: Ellos se van a acostumbrar. Además estoy hablando de vos. De lo feliz que serías si yo dejara de existir

Se quedó mirándome por un momento. Estaba segura de que no sabía que decirme.

Emi: En todo el tiempo que estuvimos juntos y felices, nunca me imaginé que mi muerte sería lo que te iba a ser feliz. Nunca.

Se paró, se acercó a mí y me agarró de la cintura acercándome a él.

Nico: Nunca más digas algo así

Capítulo 8

 

Me quedé mirándolo a los ojos por unos segundos. Quería quedarme así para siempre, abrazada a él. Debo confesar que en ese momento la esperanza volvió a mí. Tal vez ahora todo cambiaría de nuevo y él me dijera que estaba arrepentido de todo y que me amaba como siempre, que todo había sido un error, una pesadilla, un horrible cuento de brujas. Pero cuando volví a bajar a tierra ya me había soltado.

Nico: Yo no quiero que te mueras

Emi: …

Nico: Te estás volviendo loca Emilia. Hablás pavadas

Me senté en la cama y lo miré triste

Nico: ¿Qué te pasa?

Emi: ¿Te puedo preguntar algo?

Nico: Sí

Emi: ¿Vos alguna vez te pusiste a pensar en cómo me siento yo?

Nico: Sí, lo hice. Pero si me acerco a vos te vas a confundir y no quiero. (Se sentó a mi lado) Emi, vos sabés que yo… ya no te amo, pero te sigo queriendo y no quiero que sufras

Emi: Me prometiste que me ibas a amar para siempre

Nico: Porque en verdad creía que iba a ser así, pero todo cambió

Emi: ¿Qué hice mal?

Nico: Nada linda, no fue tu culpa

Emi: Es que… (Lo miré) no se vivir sin vos, no puedo. Te juro que me siento totalmente vacía, sin nada. Te extraño mucho

Nico: (Suspira)

Emi: Deja, no me escuches

Me fui al baño, me cambié y cuando volví él ya estaba acostado. Me acosté también y logré dormirme.

Y así pasaron los días, normales. En realidad eran normales a comparación de lo que venían siendo, porque para mí, todo esto era totalmente anormal. Aunque algo había cambiado… Sí, por fin mi vida tenía algún cambio. Ahora Nicolás me trataba mejor. Al principio creí que era por lástima; en el fondo lo sigo creyendo, pero me hacía sentir tan bien que me trate con dulzura, que me obligué a creer que eran restos de ese amor que me tenía. Y eso me hacía sentir aún más motivada para luchar por él.

 

 

~ Esta semana no voy a poder subir! Perdón.

Capítulo 9

 

Un sábado por la mañana, estaba durmiendo muy plácidamente cuando sentí una voz que me murmuraba. Cuando abrí los ojos y me volteé a ver, estaba él, mirándome tiernamente y con una sonrisa hermosa, y única como es la suya.

Nico: Buen día…

Emi: Hola…

Nico: ¿Cómo dormiste?

Emi: Bien, gracias. Eh… ¿Qué haces acá?

Nico: Vivo acá, duermo acá, al lado tuyo todas las noche, no sé si te acordás

Emi: Ya sé, pero ¿qué hacés despertándome?

Nico: Tenía ganas de despertarte. Ya dejá de quejarte y dame un beso

Lo miré sorprendida…

Nico: (Poniendo su mejilla) Acá

Sonreí y le dí un delicado beso, mientras tomaba su cara con mi mano derecha. Luego se sentó a mi lado, en la cama.

Nico: ¿Hoy querés que salgamos con los chicos?

Emi: ¿A dónde?

Nico: No sé, a donde quieran. Una salida familiar

Le sonreí falsamente. ¿Salida familiar? Pfff, ¿hacía cuanto no nos comportábamos como una familia?

Nico: ¿Querés o no?

Emi: Sí, como quieras

Nico: Bueno, voy a hablar con los enanos. ¿A vos te parece ir al shopping?

Emi: Me da lo mismo ir a cualquier lado

Nico: Ok

Se fue del cuarto y yo, como una idiota, me paré rápidamente a cambiarme, arreglarme y demás para estar hermosa. Hacía mucho que no salía con él. De todas formas cuando estaba haciéndome los bucles, me dí cuenta de lo desubicada que quedaría producida de esa manera tan exagerada, así que me los desarmé. Parecía una nenita antes de su fiesta de cumpleaños, o una adolescente preparándose para su primera cita. En fin, totalmente idiotizada por él.

 

Capítulo 10

 

Una hora después, estaba retocando mi maquillaje, cuando tocan la puerta del cuarto.

Emi: ¡Ya voy!

Nico: Emilia, hace 15 minutos que te estamos esperando, ¿te podés apurar? No vamos a una fiesta de gala, vamos al shopping.

Emi: Sí, perdón

Agarré mi cartera y salí de cuarto. Nicolás estaba apoyado contra la pared esperándome. Cuando me vio, se quedó observándome por unos minutos, de arriba abajo.

Nico: Estás hermosa

Emi: Gracias

Nico: Hace mucho no te veía así.

Me dio la mano y me hizo dar una vuelta. Me sentí toda una princesa. ¿Ven que no miento cuando les digo que me había vuelto una idiota?

Emi: Vos también estás hermoso. (Le sonreí)

Nico: Bueno, ¿vamos?

Emi: Vamos

Fuimos al shopping los cuatro y pasamos un día hermoso. Mis hijos estaban felices, yo estaba feliz y a Nico también se lo notaba muy contento. Éramos como una familia más, donde parecía que reinaba la paz y el amor. Por momentos es necesario meterse en el personaje y empezar a soñar. A veces hace bien, hasta que volvés a la realidad, claro.

Esa noche, Mateo y Julieta se habían ido a dormir, y yo bajaba de su cuarto, cuando vi a Nicolás sentado en uno de los sillones mirando un punto fijo. Me senté junto a él.

Nico: (Me mira) La pasé muy bien hoy

Emi: Yo también. Y los chicos se divirtieron muchísimo

Nico: Sí, se los veía felices

Emi: Yo también estaba feliz… digo, hacía mucho que no hacíamos una salida familiar.

Nico: Es verdad

Hicimos silencio por unos minutos y después Nicolás se puso de contado, quedando de frente a mí, levantó su mano y me acarició suavemente la mejilla. Yo lo miraba atónita, especulante. Extrañaba tanto sus caricias.

Agarré su mano y sonreí, a lo que él me respondió con otra sonrisa. Fue entonces cuando sin pensarlo me acerqué a él lentamente, y cuando estaba a punto de rozar sus labios… algo nos interrumpió: el timbre.

 

FIRMEN.

 

Capítulo 11

 

Nicolás se separó rápido de mí y me miró a los ojos

Nico: Eh…

Emi: Atendé

Nico: Sí

Se paró y abrió la puerta. ¿Quién era? La estúpida de Gimena y su maldita costumbre de arruinar las cosas.

Pasó como si estuviera en su casa, y se fue a la cocina mientras le decía a Nico que lo esperaba ahí.

Emi: (Me paré) Me voy a acostar

Nico: Está bien

Me saludó con un beso en la mejilla y se fue a la cocina. Yo estuve a punto de subir a mi cuarto, pero… una vez más me ganaron las ganas de escuchar detrás de las puertas.

Gimena: ¿Emilia se acostó?

Nico: Sí

Gimena: Gordo ya te dije que no quiero que sigas durmiendo con ella

Nico: Es la mamá de mis hijo Gime

Gimena: ¿Y? Yo te dí la idea de venirme a vivir acá y vos ni bola me diste

Nico: Es que vos sabés como es Emilia, y además los chicos no se van a sentir cómodos

Gimena: O sea que vamos a estar toda la vida así

Nico: Estamos bien mi amor (Le dio un beso)

Siguieron hablando de otras cosas, pero como no era nada interesante me fui a acostar.

Al día siguiente me desperté, y para mi sorpresa Nicolás me estaba abrazando por atrás. Me dí vuelta y lo moví para que se despierte

Emi: Nicolás

Nico: (Despertándose) Eh?

Emi: ¿Qué haces?

Nico: ¿Por?

Emi: ¡Me tenés abrazada!

Nico: Ah… ¿y no te gusta?

Emi: El problema no es si me gusta o no, el problema es que tenés novia… no sé si te acordás

Nico: Mmm… no

Emi: Dale no seas tonto

Nico: Si te encanta que estemos así (Me abrazó más fuerte)

Emi: Claro es que vos estás acostumbrado a meter los cuernos, no es nada nuevo para vos

Nico: No estoy engañando a nadie. Solo abrazo a la madre de mis hijos

Emi: Salí, dale

Nico: No quiero

Intenté separarme pero agarró más fuerte, se subió arriba mio y me besó. Sí, me beso. Y yo obviamente se lo seguí, porque hacía mucho tiempo estaba esperando ese momento.

Capítulo 12

 

El beso duró 5 minutos. Cuando nos separamos lo miré a los ojos y él me sonrió.

Emi: ¿Por qué me haces eso?

Nico: No hice nada malo

Emi: Sí. Me estas lastimando Nicolás

Nico: Yo sé que querías besarme

Emi: Sí, pero no que me beses para usarme, para sacarte las ganas. Yo te amo en serio, y vos lo sabés

Mis ojos se llenaron de lágrimas y Nico me miró triste

Nico: Perdoname… realmente lo hice porque lo sentí. No sé, estoy confundido

Emi: ¿Cómo confundido? Vos amás a Gimena

Nico: No sé

Se produjo un largo silencio. Nico se salió de arriba mío y me acarició el brazo.

Nico: Es que últimamente tengo una sensación rara, de querer besarte por la noche, y a veces tengo la necesidad de decirte…

Hizo un silencio

Emi: ¿De decirme qué?

Nico: …que te amo

Emi: …y …¿me amás?

Nico: No lo sé. Yo te quiero mucho, vos me hiciste muy feliz, pero no sé si te amo

Emi: Entonces si no estás seguro, no me ilusiones más, porque no tenés una idea de lo mucho que me lastimás

Nico: Perdón

Me levanté de la cama y me fui a la cocina. Me preparé un té y me senté a tomarlo mientras leía una revista de moda que estaba sobre la mesa. Se la había olvidado Gimena la noche anterior.

Al rato bajó Nico y se sentó junto a mí

Nico: ¿Qué hacias?

Emi: Nada, miraba esto que se olvidó tu novia.

Nico: Uh, que despistada

Emi: Y sí, es re estúpida

Me miró

Emi: Perdón

Nico: Está bien, entiendo que no la quieras

Emi: Obvio, si es flor de garca. ¿Sabés que descubrí en este tiempo?

Nico: ¿Qué?

Emi: Que no se puede confiar en nadie. Que hasta la gente que más amas y en la que más confías te puede traicionar.

Nico: (Suspira y mira para abajo)

Emi: Ojalá nunca te pase, porque es horrible

Me levanté y fui a despertar a mis hijos. Pasamos toda la tarde juntos, jugando y divirtiéndonos.

Nicolás se había ido con Gastón a ver una carrera de autos y no volvió hasta la noche.

 

Capítulo 13

 

Cuando Nico llegó ya era casi de noche. Los chicos se habían ido a la casa de unos vecinos amigos a dormir y yo estaba sola en casa.

Emi: (Desde la cocina) Nico, ¿querés un café?

Nico: ¡Dale!

Preparé dos cafés y los tomamos juntos en el living mientras hablábamos y me contaba que había hecho con su hermano esa tarde.

Emi: Mateo estaba re enojado porque no lo llevaste

Nico: Se iba a aburrir

Emi: Sí, ya se. Me voy a poner el pijama, me incomoda la ropa ya

Subí a mi cuarto y me puse una remera ajustada y un short bien corto. Cuando bajé de nuevo, Nico me miraba muy atento.

Emi: ¿Pasa algo?

Nico: No, ¿por?

Emi: No porque me estabas mirando

Me senté nuevamente junto a él.

Nico: Sabés que siempre me gustó como te quedan esos conjuntos

Emi: Ah, sí, es verdad. No serán de marca como los de tu novia pero a mí me gustan

Nico: A mí también

Nos reímos los dos, y luego de un silencio Nico hizo un comentario que me extrañó bastante…

Nico: Emi… ¿por qué después de lo que pasó con Gimena te alejaste de todas tus amigas?

Emi: …¿por qué me preguntás eso?

Nico: Quiero saber. No está bueno que estés sola

Emi: En realidad es por dos cosas. Una, porque la mayoría sabía que ella salía con vos y no fueron capaces de decírmelo. Y otra, porque no quiero tener más amigas. ¿Para qué?, ¿para qué me vuelvan a traicionar como lo hizo la yegua esa? Yo ya no creo en la amistad

Nico: Pero eso no está bien

Emi: A mí me tocó eso, ya no se confiar en los demás.

Atiné a levantarme e irme, pero antes de que eso ocurra Nicolás me agarró de la cintura y me acercó mucho a él. Podía sentir su respiración.

Emi: ¿Qué haces?

Nico: No sé, pero tengo muchas ganas de besarte

Me acercó a él y nos besamos, esta vez muy apasionadamente. Era tan lindo volver a sentir esa sensación hermosa al besarlo. Lo abracé por el cuello y seguimos, hasta que empezó a levantarme la remera. Hice una pausa y lo miré.

Nico: ¿No querés?

Emi: …

Nico: Yo sé que querés

Siguió besándome y así me llevó hasta nuestro cuarto, donde me acostó suavemente en la cama, me sacó delicadamente la ropa y me hizo el amor.

 

Capítulo 14

 

Más tarde, estaba recostada sobre su pecho. Había sido increíble. En realidad, hasta ese momento no sabía que lo extrañaba tanto. Me trató con la misma dulzura de siempre y varias veces me dijo “te amo”

Nico: Fue hermoso

Emi: Te extrañaba

Nico: Yo también mi amor

Emi: Pero… esto está mal Nico, vos estas con Gimena

Nico: Ya lo sé, pero me di cuenta que todavía te amo mi amor

Emi: ¿Y a ella?

Nico: (Suspiró) No lo sé, estoy muy confundido

Emi: ¿Qué va a pasar ahora con nosotros? Yo no me puedo olvidar de lo que acabamos de hacer

Nico: No mi amor, yo tampoco puedo ni quiero olvidarme

Le sonreí y lo abracé. Nos dormimos dos horas después.

Una sensación rara recorría mi cuerpo, e incluso mi alma, cada vez que lo miraba dormir abrazándome. Y cada vez que eso ocurría, volvía a entender que mi vida tenía sentido gracias a su amor y al de mis hijos. También entendía que tal vez nunca le reproché lo suficiente después de su traición, por miedo a que se alejara totalmente de mí. Y claro que estaba mal, yo lo sabía. Pero era imposible el odio ante tanto amor. Era inevitable hacer de cuenta que nada pasaba, cuando en realidad todo había cambiado.

Pasamos la noche así y como al otro día era sábado nos levantamos tarde, tipo 9 y media de la mañana.

En la cocina de casa, yo tomaba un mate mientras que Nico preparaba unas tostadas.

Emi: Ya está, no prepares más

Nico: ¿No tenías hambre?

Emi: Sí, pero tampoco para tanto

Nos reímos y me besó.

Nico: Te amo

Emi: Yo también te amo

Se acercó a mí, me tomó por la cintura y cuando estaba a punto de besarme nuevamente, la voz de Mateo nos interrumpió…

Mateo: ¿Mami?

Capítulo 15

 

Nos separamos rápido y los miramos. Se estaba refregando los ojitos, así que no vio nada. Mejor, porque conociendo a Mateo y sus ganas de tener a sus papás juntos, se hubiese ilusionado mucho, y en ese momento ni siquiera yo estaba segura de que esto durara mucho…

Me acerqué a mi hijo y me agaché a su altura

Emi: ¿Qué pasa bebé?

Mateo: Quiero la leche

Emi: Bueno vení

Lo alcé, le preparé el desayuno y se sentó con nosotros en la mesa.

Estábamos hablando normal, hasta que un comentario que hizo Mateo, casi sin anestesia, nos sorprendió mucho…

Mateo: Quiero un hermanito

Emi: ¿Qué?

Mateo: Sí, dos compañeritos míos van a tener un hermanito y van a poder jugar. Yo también quiero uno. Me aburro solo

Nico: Vos tenés a Juli campeón

Mateo: ¡Juli es nena papa!

Emi: Hermoso… nosotros no te podemos dar un hermanito porque…

Mateo: (Me interrumpió) ¡Ya se!, porque no están juntos. Pero yo no quiero que papá sea el novio de Gimena, quiero que sea tú novio y tengan un hermanito para mí

A medida que hablaba sus ojitos se llenaban de lágrimas, y cuando terminó de decir eso se fue corriendo a su cuarto.

Esa situación me partió el alma. Con Nico siempre soñamos con tener tres hijos, pero todo había cambiado antes de que eso pasara.

Nico: Mejor voy a hablar con él

Emi: No, dejalo. Ya se le va a pasar. Vos… ¿qué vas a hacer con Gimena?

Nico: No lo sé

Emi: Nicolás…

Nico: Sí, ya sé que no puedo estar con las dos, pero es difícil

Emi: No la querés dejar, ¿no?

Nico: …

Ese silencio me hizo sentir mal, muy mal. Quería decirme que la amaba y quería estar con ella. O por lo menos así lo interpreté yo.

Me fui a mi cuarto y me encerré ahí. Estaba dolida por todo en general, pero ahora se sumaba Mateo al dolor, y eso me ponía aún peor. Yo podía soportar que me lastimen a mí, pero que mi hijo sufra por culpa de esa mujer no lo iba a permitir, de ninguna manera.

Capítulo 16

 

Pasó media hora desde que me había encerrado en el cuarto. Estaba recostada en mi cama, cuando escuché que alguien intentó abrir, y al fracasar en el intento comenzó a tocar la puerta y a pedir que le abran. Era Nicolás.

Nico: Emi, abrime dale

Emi: ¿Qué necesitas?

Nico: Hablar…

Emi: No quiero

Nico: Emilia, no seas chiquilina y abrime la puerta

Me paré, le abrí y dejé que pasara.

Emi: ¿Qué?

Nico: No sé porque te enojaste, no te dije nada de malo

Emi: Ok

Nico: Sentate. Te quiero decir algo

Nos sentamos en la cama y lo miré. Su mirada estaba como… dudosa. Me dio la impresión de que me iba a decir algo de lo que no estaba completamente seguro.

Emi: Dale, hablá

Nico: Emi yo… yo a dejar a Gimena

POR FIN. Acababa de escuchar la frase que venía esperando hace un largo tiempo. En ese momento sentí alivio, paz, ganas de gritar y saltar. Me contuve. No quería parecer loca y mucho menos una desesperada por estar con él. Aunque los dos sabíamos muy bien que era lo que yo más quería en el mundo.

Después de la frase mágica, lo miré por unos segundos y luego lo abracé. Ese abrazado era símbolo de que volvía a ser mío, de que ya nada ni nadie nos iba a volver a separar, NUNCA.

Emi: No sabés lo feliz que me hace escuchar eso

Nico: Perdoname por todo mi amor

Emi: Ya está. Lo único que quiero ahora es que empecemos de nuevo y seamos felices

Nico: Así va a ser linda

Nos separamos del abrazo y nos besamos.

Estaba feliz, pero a la vez tenía miedo. Eran tantas mis ganas de que todo esté bien, que no quería ilusionarme demasiado. Ya no podía confiar en él como antes, y la confianza es clave para que una relación se mantenga bien. Pero de todas formas tenía esperanza. Tal vez ahora sí había llegado la hora del cambio, de la verdadera felicidad. Pero como siempre, era el tiempo el que me iba a demostrar que me tenía preparado el destino esta vez, así que opté por esperar y ver que iba a pasar con mi vida.

_______________________________________________________________

 

Se me acabaron los capítulos así que no se cuando voy a volver a subir :/

Capítulo deducado a Flor Peretti :)